¿Sabías que para llenar una pileta se necesitan entre 50 mil y 70 mil litros de agua? Manteniéndola en condiciones de enero a enero logramos cuidar el recurso, al tiempo que preservamos el medioambiente y la salud de nuestra familia. ¿Cómo hacerlo?

Utilizá el limpiafondo: lo ideal es que lo pases cada 15 días y que el agua se filtre al menos una vez por semana.

Supervisá los sistemas de filtrado: es clave controlar que estén en buen estado y funcionen correctamente para trabajar durante el invierno.

Implementá tratamientos desinfectantes: te recomendamos realizar desinfecciones de cloro y alguicida por lo menos dos veces durante la época de invierno. Una buena alternativa son las pastillas “tres en uno”, que incluyen cloro, alguicida y decantador.

Controlá el ph del agua: el valor debe estar siempre entre 7,2 y 7,6. Dentro de estos niveles evitamos la turbiedad del agua y la presencia de algas.


Colocá cobertores: te ayudan a evitar que el agua se congele y la protegen de insectos y de hojas. Si no tenés un cobertor, te sugerimos remover la suciedad con frecuencia para evitar que llegue a la bomba y convierta la pileta en un foco de infección.

Llevando a cabo estas prácticas, cuidamos el recurso, ya que conservamos la pileta sin tener la necesidad de recambiar más de 50 mil litros de agua ante la llegada del verano.

Esto permite reducir el consumo del recurso, mantener activos los elementos mecánicos (depuración, cloración, etcétera) y evitar la aparición de fisuras o grietas en las paredes.

Convirtamos pequeñas acciones en grandes hábitos. ¿Te sumás?

Cuidar el agua es una tarea de todos