Priorizar las especies autóctonas sobre las exóticas en el patio o jardín es una excelente forma de reducir el derroche de agua, ya que la temperatura, humedad y cantidad de precipitaciones de la provincia de Córdoba son suficientes para su adecuado desarrollo y no necesitan riego extra.

Las especies exóticas no crecen naturalmente en nuestra región. Eso significa que necesitan ser regadas cada dos o tres días, porque las precipitaciones de Córdoba no son suficientes para su supervivencia, lo que implica emplear gran cantidad de agua potable que podría destinarse al consumo humano.

Según explica Juan Pablo Soria, biólogo y docente, las plantas se distribuyen en el planeta según el clima y se adaptan, tal como indica la teoría de Darwin, para sobrevivir en diferente tipo de ambientes (secos, semisecos, húmedos, semihúmedos, con mayor o menor cantidad de precipitaciones).

Las especies nativas favorecen el ahorro de agua y energía, nos protegen contra la erosión del suelo, purifican el aire, mitigan ruidos y son excelentes aislantes térmicos.

¿Cuál es el problema con las plantas exóticas?

Al no tener predadores naturales de sus semillas, ramas u hojas, las plantas exóticas se reproducen a gran velocidad generando superpoblaciones y desplazando a las autóctonas.

Las flores de plantas nativas atraen polinizadores como las abejas, avispas, mariposas, bunbus, colibríes, que están en peligro de extinción y cumplen un rol fundamental para mantener el ecosistema de nuestra región.

Árboles como el olmo, el paraíso, el falso café o cafeto, la acacia negra y el siempreverde han desarrollado adaptaciones raíces profundas y capacidad de acumulación de gran cantidad de agua en tallos y hojas, que les permite sobrevivir en climas como el nuestro.

Modifican el ecosistema natural de la región, ya que se intensifica la cantidad de insectos y aves exóticas en detrimento de los autóctonos, que desaparecen ante la falta de vegetación nativa.