¿Sabías que los beneficios de reciclar nuestros residuos son enormes en comparación con la acción que supone?
Reciclar conlleva ahorrar materias primas, energía, agua y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, supone una generación de empleo y tejido industrial.
Desde la Cooperativa de Río Ceballos entendemos la importancia de tal proceso en el cuidado y la preservación del medioambiente. Por ello, queremos contarte porque debes reciclar:
Reciclando evitamos que los productos y materiales se conviertan en residuos, transformándolos en otros completamente nuevos, alargando su vida útil y ayudando a la preservación de los recursos naturales del planeta. El reciclaje forma parte de la Economía Circular, el modelo basado en aprovechar al 100% las materias primas, haciendo más eficientes los procesos de uso y fabricación.
No todos los residuos son basura. Muchos se pueden separar para reciclar y en esta nota te lo explicamos paso a paso.
¿Cómo se clasifican los residuos?
Orgánicos
Este grupo incluye todos los desechos de origen biológico que alguna vez estuvieron vivos o fueron parte de un ser vivo. Por ejemplo: hojas, ramas, cáscaras y residuos de la fabricación de alimentos en el hogar.
Inorgánicos
Desechos no biológicos de origen industrial o de algún otro proceso no natural. Entre ellos se encuentran el plástico, las telas sintéticas, el papel, las pilas, el vidrio y el metal.
Peligrosos
Desechos que pueden representar un peligro potencial para el planeta (de origen biológico o no). En esta categoría están incluidos el material médico infeccioso, los residuos radiactivos, los ácidos y las sustancias químicas corrosivas. Los residuos de este grupo tienen que ser tratados de forma especial, pero generalmente no se producen en las casas particulares.
¿Qué residuos se pueden reciclar?La mayoría de los inorgánicos, entre ellos los siguientes:
Papel: revistas, sobres, diarios, etc.
Cartón: cajas, envases de tetrabrick, etc.
Plástico: botellas, tapitas, bidones, etc.
Metal: latas de aluminio, llaves, etc.
Vidrio: frascos, botellas (que no estén rotos).
Por eso, lo primero que te recomendamos es comenzar a separar los residuos orgánicos de los inorgánicos. Una opción es tener dos tachos de basura o, si preferís, colocá los inorgánicos en una caja o bolsa diferente ya que no generan olor.
Tené en cuenta que deben estar limpios y secos cuando los dejes en los puntos verdes de la ciudad. De esta manera, los materiales podrán recuperarse y volver al circuito productivo y de consumo. Así también favorecemos el ahorro de energía y materias primas.
Y finalmente vamos a separar los residuos orgánicos.
Lo mejor que podés hacer con los desechos de comida y el jardín es compost.
¿Qué es?
Es el producto del proceso natural de descomposición aeróbica (con oxígeno) de los residuos orgánicos. Las bacterias y los hongos naturalmente descomponen la materia orgánica.
Con el compost obtenés abono para tu jardín o tus plantas y además reducís la cantidad de residuos que desechás en la basura.
Utilizá hojas y flores secas, ramas, hierbas, cáscaras de frutas, vegetales y huevos, saquitos de té, granos de café, etc.
La compostera debe tener buena iluminación.
Los residuos orgánicos que fueron condimentados (con aceite, sal, etc.) no se pueden compostar.
Agregale lombrices para acelerar el proceso de descomposición.
Asegurate de que tenga buen drenaje para que no se acumule agua. Esto podría generar mal olor.
El proceso de descomposición se hace más lento en invierno, pero podés continuar agregando materia orgánica.
Categorías
♻️¡A RECICLAR!!!♻️
